La estabilidad política favorece a generar un ambiente conducente para construir la legislación que se necesita en desarrollar la gobernabilidad en un país, y con ello, establecer las bases para hacer crecer su economía y la calidad de vida de su población. La funcionalidad de un sistema político es tan relevante como las condiciones económicas, debido a que esta marca el nivel de cohesión social, la institucionalidad y las voluntades políticas para emprender con eficacia proyectos de desarrollo. Un sistema político estable y funcional facilita la comunicación y el logro de consensos; lo que permite que la voluntad del pueblo se refleje en la toma de decisiones del gobierno, sumar posiciones políticas a favor de metas y proyectos determinados y a construir la legislación que se necesita para gobernar.