Resumen:
La pandemia COVID-19, declarada a partir del 11 de marzo del 2020, está planteando grandes retos a escala nacional y mundial porque ningún gobierno estaba preparado para afrontarla, ni desde el punto de vista sanitario, económico o de organización, tanto a nivel gubernamental como social. El Salvador, país dependiente en alto grado de las remesas, ve que la disminución del flujo de estas tendrá impactos en la economía nacional y de las familias receptoras de remesas, que tienen un alto grado de posibilidad de caer en pobreza, pobreza extrema, inseguridad alimentaria y demás.