La corrupción política : el caso salvadoreño

Abstract

La corrupción comprende una amplia variedad de temas, de preocupaciones y de problemas, apenas hilvanado todos éstos por un nombre común. Es por eso que de su análisis resulta un conjunto muy complejo de perspectivas, muchas veces reducidas o simplificadas por la urgencia política, la superficialidad o la demagogia, y otras veces entremezcladas, no siempre conscientemente. Para algunos el problemas es esencialmente moral (una falta grave en la conciencia de los servidores públicos que los lleva a utilizar en provecho propio el poder o las cosas que les fueron confiadas, desconociendo las reglas básicas de la representación política); para otros la causa es estructural (un sistema organizativo que concentra en un funcionario amplios poderes de decisión, con gran discrecionalidad y nula transparencia, desemboca, necesariamente, en la corrupción, que es una de las formas básicas del poder sin control); para otros el problema tiene una visión economicista (la corrupción no es sino uno más de los efectos de una economía regulada que impide el libre juego de las fuerzas económicas e introduce en él un actor extraño el funcionario público que no tiene finalidades propias, pero las adquiere a través de los actos de corrupción. Dentro del plano económico hay quienes hablan de corrupción en los países desarrollados y en los países subdesarrollados ubicando en estos últimos, fundamentalmente, la vinculación del funcionario público con empresarios que no aceptan fácilmente las reglas del mercado, sino que buscan el privilegio, la ganancia fácil, la competencia desleal o el monopolio).